Son muchos los que se han preguntado cómo toma las decisiones el ser humano.
Está claro que siempre hay un componente racional, en el que se recoge información, se genera y valoran las alternativas y, por último se toma la decisión.
No obstante, los avances están dando cada vez más importancia al componente emocional, e incluso sea ha llagado a afirmar que toda decisión comienza por una emoción y que esas emociones se acumulan tanto en el inicio de proyectos como es la decisión final. Es evidente que si solo contáramos con la razón, no decidiríamos nunca nada, debido a la complejidad que supone evaluar correctamente la cantidad enorme de datos disponibles.
En el proceso de toma de decisiones intervienen:
la razón y la emoción.
El pensamiento lógico, analítico, las emociones y la intuición.
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